Disculpá la demora, Daniel. Esta ciudad es un quilombo. Está todo cortado. Si no son los zurdos pidiendo para que les aumenten el plan, son los mismos del gobierno que están en reparación eterna, viste. Rompen todo para después arreglarlo en año electoral. Todo el centro hecho mierda y cortado. La verdad que tendríamos que haber arreglado para ir a otro lado, pero me habías dicho que extrañabas las medialunas y en este bar tienen unas muy buenas. Así bien aireadas y con bastante almíbar, viste. Además, tenía que ser más o menos cerca del canal porque en estos días ando con el tiempo muy justo. Te digo que a veces me arrepiento de haber tomado la decisión de meterme en todo esto. Estaba más tranquilo cuando no me paraba delante de la cámara, viste. Ahora, cuando no estoy al aire estoy lidiando con las reuniones de producción con los pendejos que me pone el canal para ahorrar guita. Porque se inventaron esa, viste. Les hacen contratos pedorros de monotributistas a pendejos que recién salen de la facultad y cada tanto les meten una patada en el orto sin tener quilombo con juicios laborales y esas cosas. Pero, claro, estos pibes estudian un par de años de periodismo y les hacen creer que son periodistas y se piensan que se las saben todas. Y, ojo, yo los entiendo, yo también fui joven. Pero no tengo por qué fumármelos yo. La otra vez le dije al gerente de programación, que es con el que más confianza tengo, viste. Si quieren ahorrarse quilombos me parece perfecto, pero no me los tengo por qué fumar yo. Qué querés que te diga, viste… Igual, por lo menos, me garpan bien, viste. No sé si te había contado, pero ya estoy terminándome una casa en Canning. Estoy contento con eso. Si todo marcha bien, el mes que viene ya nos podemos mudar. Pero, bueno… decir “Argentina” y “todo marcha bien” en la misma frase es una contradicción, viste. Si llueve, los obreros no van. Si está el cemento fresco hay que esperar un día porque organizan el trabajo como el orto. El corralón no tiene los materiales porque hay restricción a las importaciones y no sé qué carajo. Paro de camioneros, o de la UOCRA. O si no… Mirá, escucháte está que me pasó que, te digo, es para hacer una película cómica. De esas así con Adam Sandler, como de que al tipo le pasan todas. Bueno… Le transfiero la guita del primer pago al estudio de arquitectura que había contratado para que se encargue de la construcción. Y a los diez días me llama el arquitecto y me dice que no podían arrancar con la obra porque había una huelga de fresadores y entonces no podían comprar no sé qué carajo de las vigas para construir. Encima, durante esos mismos días, tuve que entrevistar a un delegado de la UOM en el programa. Uno de esos tipos con pelo largo, viste, una buzarda que parecía que estaba embarazado de siete meses. Tenía unas cadenas de oro que parecía un rapero berreta. Con qué guita se dará esos lujitos, ¿no? Te juro que varias veces me contuve para no escupirlo. Pero, bueno, me contuve porque son capaces de ir a buscarte en patota viste. La cosa es que estuve así, con la obra parada, como un mes. Y en este país, un mes es como un año, viste. Se me devaluó la guita de tal manera que me terminó costando como trescientas lucas la jodita de los freseros. Decí que se me ocurrió pedirle al arquitecto que me devuelva parte de la guita y durante ese tiempo la metí en una de estas mesas de dinero que ahora están de moda, viste. Yo no tengo idea, pero le pedí a un amigo. A Juanse Moroni, ¿te acordás? Yo creo que vos lo conociste. Es broker de bolsa y me dio una mano para amortiguar un poco, viste. Es muy gracioso porque cuando éramos chicos él era uno de esos gorditos que todo el mundo tenía de punto. Siempre andaba con una de esas riñoneras de muchos colores y un bigote de chocolatada permanente. Como para no tomarlo de punto al boludo. Y, sin embargo, mirálo ahora. Le tirás una gamba y a la semana te vuelve con diez lucas el desgraciado. Cada tanto le paso algo de guita para hacer una diferencia, viste. No tengo idea qué hace, pero siempre saco algo. Igual, qué se yo… siempre me dice que aguanto poco y que podría hacer más guita, pero que me asusto rápido. Es gracioso, ¿no? El gordito gil del barrio me hace bullying. Pero bueno, así estamos. Son cosas de este país, viste. Cómo querés que aguante si te acostás a la noche sin saber si al otro día te despertás y se fue todo al carajo. Imagino que allá no pasa nada de esto y no tenés que vivir con el culo en la mano todo el tiempo. Y ojo que no es que me quejo. Algo de resto siempre tengo. Lo que pasa es que yo tengo responsabilidades, viste. Tengo una familia. Tengo dos pibes adolescentes que son uno más lumpen que el otro. El más grande estudia cine. Garpo cien lucas por mes de cuota. Y la otra ingeniería, pero al paso que va se va a recibir cuando los coches vuelen y ya no se necesiten puentes. Claro, vos te reís porque garpo yo… porque además Mercedes tuvo que dejar el cargo en el Estudio Jurídico desde que tuvo el brote. Claro, pensé que te había contado. Sí, tuvo un brote. Hace como cuatro o cinco años ya. No sabés lo que fue. Un día vuelvo de la oficina, porque en aquel momento todavía laburaba en la Consultora. Yo había estado nadando en el club, y ya cuando me estaba cambiando en el vestuario me llamó la atención que tenía como quince llamadas perdidas del celular de mi hijo. Y cuando llegué, no te imaginás. Me costó abrir la puerta por el quilombo que había en la casa. Había roto todo. Toda la vajilla desparramada por el departamento y hecha pedazos. Tiró los muebles al piso. Pero no solo las sillas y esas cosas, tiró todos los muebles. Todavía no sé cómo carajo hizo para volcar el mueble de algarrobo que teníamos en la sala. Una locura. Había agarrado un bate de beisbol de los chicos, viste, y había roto las cerámicas de la sala. Todas, una por una. El inodoro y el lavamanos partidos en dos. La heladera abierta con toda la comida tirada por el piso. Imaginate el cagazo que me pego cuando entro. Lo primero que pensé es “me entraron a robar”. Pero enseguida lo descarto porque qué chorro se va a poner a romper las cerámicas una por una. Bueno… la cuestión es que cuando entro a la habitación me la encuentro saltando arriba de la cama gritando “soy un pequeño conejito” así con una voz aflautada como si fuera una nena. Te juro que no sabía qué hacer, me quedé congelado. Y cuando pude hablarle fue al pedo porque estaba en otro planeta. Cerré la puerta como para que no salga de ahí, viste, y llamé una ambulancia. Cuando corté me acordé de que en ese horario también tendría que estar mi hijo en el departamento. Entro en su habitación y me lo encuentro abajo de la cama con el teléfono en la mano que lo agarraba con tanta fuerza que parecía que lo iba a romper. Estaba todo cagado, pobre. Y, bueno… la cosa es que Mercedes estuvo internada como tres o cuatro meses. Un verdadero quilombo. Les costaba estabilizarla entonces le subían y le bajan la medicación. O se la cambiaban y, qué se yo… hasta que dieron con una que logró estabilizarla. Al parecer le faltaba Litio en el organismo, entonces con una especie de suplemente… mirá, “suplemente”. Qué fallido, ¿no? Decía que con una especie de suplemento lograron estabilizarla. Y ya anduvo bien con eso. Cada tanto tiene como recaídas, viste. Pero, en general, bien. Yo, igual, te digo que quedé shockeado. Es increíble que te falta un poco de alguna sustancia y te salta la chapita. Qué me decís… todo por un puto miligramo de Litio… Y ahora todo tiene que ver con el Litio, viste. No sé cómo es allá, pero acá hablan en todos lados del Litio. Es que todos estos aparatitos tienen baterías de Litio. Y en breve los autos van a funcionar todos con las mismas baterías. Y, sabés lo que pasa, acá está lleno de Litio. En el norte, Catamarca, San Juan, toda esa zona está repleta de Litio. Entonces está todo el mundo sobreexcitado con el tema. Yo lo veo en el canal, no sabés lo que son. Los de derecha se relamen, los zurdos dicen lo mismo que hace cincuenta años y los perucas te vuelven con todas esas pelotudeces del desarrollo y la industria nacional y el proteccionismo y toda esa gilada. Qué proteccionismo va haber si entre los americanos y los chinos nos comen crudos. Es todo sanata para conseguir algún votito, pero lo que va a terminar pasando, como pasó siempre, es que se quedan con algo los que están entongados y el resto se lo llevan afuera los países más desarrollados. Porque el tema acá es que ni sabemos cómo hacer para explotarlo. Vos podés creer. Porque el problema no es el país en sí, porque este país está lleno de riquezas. El tema es que está todo al revés acá. Premian lo que está mal y castigan lo que está bien, viste. Así es imposible. Si la otra vez escuché que le asignaron una tierra para la investigación del suelo a uno de estos equipos de investigadores del CONICET o de un Ministerio y ese mismo equipo parece que estuvo haciendo algo parecido en otra provincia y habían hecho todo como el orto y rompieron toda la zona y dejaron todo hecho un desastre. Algo así había leído. Por eso te digo que, si bien a mi me va bien gracias a Dios, en cierto punto te envidio. Qué querés que te diga… Te juro que a veces pienso: “¿Y si mando todo al carajo y me las tomo?” Pero después me acuerdo que ya estoy grande para eso, viste. No me da. Pero lo que más me rompe las bolas es que estos pibes viste recién salidos de la escuela de periodismo se piensan que ahora todo va a ser distinto porque llegaron ellos al mundo. Y, la verdad, es que a la primera de cambio el mundo te baja de un hondazo. Es así… Pero, bueno, a veces me convierto en honda y me divierto un poco… qué de yo… para hacerme todo esto un poco más llevadero…viste qué son ricas las medialunas en este lugar.