Miente el cielo cuando se despliega con los bordes anaranjados Miente el agua cuando se divide en gotas que se refriegan por las piedras Mienten los golpes de las olas incesantes pendulares Miente la arena mojada salpicada de dedos y caracoles abandonados Mienten las palabras que son barrotes y se liman con la piel Miente esa imagen estática que al cerrar los ojos vuelve a formarse Miente el retrato hablado que nos traen servido en bandeja Miente ese libro de concreto impenetrable cargado en lejanía No mienten mis ojos de sangre ni mis piernas transpiradas No miente mis pliegues arrugados ni mis brazos tentados No miente una mano sucia ni mi cabeza en blanco No miente cada golpe que estaciona en mis huesos
- Ilustración: Entschwebung (Die Blinden II) (1911). Egon Schiele.