Al Flaco lo conocí hace aproximadamente 6 años. No recuerdo bien la puerta de entrada a su música, seguramente debo haber escuchado alguna banda, y preguntarle a alguien de quién es ese tema, quedando como una especie de alien recién llegado a la Tierra.
Lo que si recuerdo, fue el primer disco que escuché.
Entre 2011, 2012 y 2013. Aunque ahora sigue pero no con tanta fuerza, todos los jueves iba a recorrer disquerías, la favorita era RGS, todavía viva, en Scalabrini Ortíz y Corrientes. Tengo un fetiche, tanto con Cd’s como con libros, no me va el formato digital. Sigo siendo una especie de romántico de los artes de tapa, de mirar el librito que traen los Cd’s, me encanta todo esa parte que rodea a lo musical propiamente. Igual cuando no hay un peso, no queda otra — querido amigo Torrent—. La situación era como una inmersión entre todos los discos y elegir, un poco aleatoriamente, que llevarme. Empecé a mis 12 años, la primera colección de discos la formé con los de Queen.
En uno de esos jueves de disquerías se me apareció Almendra, cuando vi la tapa me quedé asombrado. Esa imagen de la persona con una gota enorme cayéndole por la mejilla. ¿De qué estaba vestido?. El tema que se me clavó en la cabeza fue “A Estos Hombres Tristes” — estaba bastante fanatizado con el rock progresivo— y la melodía de la estrofa me voló la cabeza.
Todavía me resuena:
Cuanta Ciudad
Cuanta sed
y tú, un hombre solo.
En paralelo a ese disco, venía palpando mucho esa época del rock , tanto nacional como internacional (Los Beatles, Black Sabbath, Deep Purple, La Máquina de Hacer Pájaros,Vox Dei, Led Zeppelin, Yes, Emerson Lake and Palmer).
El 2do disco fue Artaud de Pescado Rabioso (Perdón si hago reducciones a solo Luis dentro de los grupos en que participó, dejando de lado músicos muy grosos que lo acompañaron, elijo centrarme en él), la primera vez que escuche Cementerio Club, fue un cover, en el Emergente de la calle Gallo. Aunque ya conocía Cantata de Puentes Amarillos, este tema fue el empujón para decir: Ok, necesito escuchar todo este disco. Entre medio de esta manada discos que iba comprando, adquirí unos monitores, una versión de home studio, que todavía sigo teniendo. La cita era los jueves, como ya dije. Prendía un faso y escuchaba el disco entero, acostado en la cama.
Después de tener ese contacto con esta etapa roquera (otra reducción: es difícil decir qué tocaba Spinetta, o me cabe más verlo como: El rock era tocado por Spinetta) pasé a Spinetta Jade, Alma de Diamante. Llegué porque tenía —tengo— la discografía entera bajada por Torrent; elegí el disco por el nombre. Cuando empezó Amenábar, con el conjunto rítmico bajo, bata, teclado, fue encontrarme con algo totalmente distinto. Otra sonoridad, más difusa; la estructura de los temas, las melodías, sintetizadores. La banda llegó a tener dos tecladistas. Jazz-Rock tocado por Spinetta. Creo que dentro de la música Argentina, si se puede hablar de “música autor” tan de moda, claramente deberíamos incluirlo. Cada género que interpretó lo dejó con su sello.
El tema que me marcó de este disco es Con La Sombra de Tu Aliado, ya los primeros 4 acordes te meten en el ambiente enigmático. Cargado de visiones surrealistas y un clima a lo Enseñanzas de Don Juan. El Flaco me metía en un viaje hermosamente emotivo y sinestésico.
El dulzor del río te curará
Las heridas de los sitios
Durante el diluvio tu piel tendrá
El acero de los peces
Después pegué un salto largo de años en sus obra, Spinetta y Los Socios del Desierto. En formato power trío, y un sonido super-compacto, aparecía una nueva versión de Luis. Con la singularidad de la tapa, que es él con anteojos negros noventosos (?) — en el arte del disco hay una foto de los 3 que conformaban la banda con anteojos negros, los del batero son del formato “La Mosca”, muy graciosos. Pueden guglearlo y lo encuentran— .
Riff con la viola distorsionada acompañados por el bajo, la batería en formato rock y pistas de vocales intervenidas el Flaco volvía a sus comienzos pero con la estética del sonido digital de los 90’. Bosnia, es El tema del disco, con un solo de viola super sucia, y el formato de tema cercano al grunge la época. Con contrastes fuertes en cada parte.
Por ahora el viaje llega hasta acá, creo que haber conocido a Luis me abrió el oído hacia otros lugares musicales como también a su particularidad. A pesar de que me hubiera gustado escucharlo en vivo — mientras escribo estoy escuchando Las Bandas Eternas — cada disco, cada melodía, cada vez que se lo escucha no es “la música de Spinetta” sino que Es Spinetta.
Para terminar, un pequeño poema que le escribí el año pasado:
La transparencia de una melodía
para El Arbol
que desde tu guitarra alumbraste
con la totalidad de los colores
El niño en el que navegaste eterno
jugaba a pintar el aire
dejando un eco interminable
El Ambar te extraña
aunque sepa
que cada canción que escuche
no es tuya
sos Vos