HABITANDO LA ISLA
En una sociedad donde la fragmentación es la forma de las relaciones sociales, donde ninguno de los zapatos que nos “ofrecen” nos termina de quedar bien, donde con cada una de nuestras actividades vamos llenando compartimentos preformateados; donde en definitiva, lo individual choca con lo social y lo público con lo privado. En ese mundo, una posible forma de re-ligar y re-ligarnos es permitirnos la “aislación”, una suerte de “barajar y dar de nuevo mental”, un espacio que nos de el aire suficiente para romper con espejismos de falsos antagonismos para darnos cuenta que el problema no esta en la relación sino en su forma. Y entonces, desde la isla, zambullirnos hacia el continente en clave exploratoria, descubriendo y redescubriéndonos en un mismo acto, fundiéndonos con las olas, llevando y trayendo, creando y destruyendo – y a la vez, permaneciendo-.