El viernes 2 de julio a las 19 se llevó a cabo el Primer Encuentro Virtual de Escritoras: “La Escritura en Tiempos de Pandemia”, organizado por Mirta Salafia. En esta nota la autora narra la experiencia compartida.
Continuaban haciendo negocios, preparaban viajes y tenían opiniones. ¿Por qué habrían de pensar en la peste que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre en tanto haya calamidades.
La Peste, Albert Camus
Lo inenarrable como testimonio
¿Qué es el testimonio sin distancia testimonial? ¿Qué narrar cuando es la vivencia que habla? Narremos eso. La cicatriz que se nutre de preguntas, el anhelo de un nuevo humanismo, que resurge y asume el tamaño de un elogio de fealdad y belleza. Ante el misterio de la vida y la muerte, ante el dolor y los hallazgos, ante el amor y el absurdo, la mirada testimonial se inclina; ahí donde se encuentran hechos y percepciones, certezas precarias y una invitación a celebrar la palabra.
¿Cómo narrar? El lenguaje presenta fracturas y silencios. A veces, más elocuentes que lo que se atisba en lo dicho. No es ausencia de representación; es espacio vacío que se hace relato en esa opacidad de términos y giros. La inenarrabilidad, dificultad al elaborar el mundo que se muestra similar a lo conocido, pero es una incógnita.
Se trata de traducir las vivencias. En un intersticio de tiempo en el que nos reunimos para reflexionar, compartir pensamientos, intercambiar frases, y armar una danza circular a múltiples voces. No hay una linealidad narrativa. Las imágenes son fragmentarias, sin embargo, hay una serie de nudos temáticos que se constituyen en semas, esa mínima unidad de significación que atesoramos para el análisis igual que para la plegaria. Y, así, esa tarde fuimos un puñado más de mujeres, convocadas por Mirta Salafia para hablar de la escritura, pensarla de nuevo. Y celebrar el encuentro, en pandemia.
Espacio: habitar y escribir en la cabeza
Uno de los nudos en los que nos detuvimos a rumiar tiene que ver con la práctica de la escritura. Como manifestó Gabriela García Cedro, Doctora en Letras y Magíster en Literaturas Hispánicas: al reflexionar sobre lo que significa escribir en tiempos de pandemia, empiezan a aparecer más cuestionamientos que certezas.
¿Qué géneros discursivos exploramos? ¿Diario, relato autobiográfico, poesías, cartas, ensayos, reseñas, listas, recetas? ¿Comics, podcast? ¿Blogs? ¿Por qué la gente que es reconocida por escribir se supone que tiene la autoridad para hablar de lo que nos sucede colectivamente? Si naturalizamos las muertes, ¿cuántas lógicas para nuestros intercambios también estaremos descartando sin darnos cuenta? ¿Cómo sostener el lenguaje escrito, la intimidad del encuentro, la privacidad, el tiempo improductivo, el descanso? ¿Quién o qué asigna valor estético a lo escrito?
Según García Cedro, lo que pasa con la escritura en estos tiempos es “un poco lo que pasa siempre: el contexto no se puede disociar de la práctica. Y no tiene que aparecer de manera literal. No vamos a escribir sobre la pandemia, vamos a escribir en el tiempo que nos toca vivir. Lo público se restringió bastante, quedamos en el ámbito de lo privado, pero el ámbito de lo privado a veces interfirió y entorpeció con el espacio íntimo. La escritura es una práctica íntima, es lo que hago con mis propios demonios”. ¿Cómo resolvimos las tensiones?
En el asalto a la intimidad, sin narrador, ni crítico, ni coherencia para el relato, ¿son bookstagrammers e influencers los protagonistas? Dispersión, fragmentación, segmentación alimentan solapadamente una única y renovada lógica de libre mercado, para dar marco interpretativo a toda actividad cultural. Por eso resulta clave indagar en el espacio que habitamos: material verbal y referencia. Faena vital y artística, como dice Gabriela: si salíamos a bares a escribir ahora escribimos en la cabeza.
Temporalidad
Otra encrucijada en la que nos detuvimos tiene que ver con la percepción del tiempo. Si la pandemia nos dio por un momento la ilusión de que el tiempo se detenía, basta con pensar todo lo que ha sucedido desde el decreto del 11 de abril de 2020, sólo por tomar el comienzo de las medidas de aislamiento en Argentina. Nuestras vidas cotidianas cambiaron rotundamente, pero nada se detuvo. Sin embargo, los hábitos de negación hacen suponer la supresión del porvenir y el anhelo irrenunciable de que todo vuelva a ser como antes.
¿Está detenido el tiempo? ¿Se suprime el porvenir? ¿Se puede volver a lo que era antes? Como dice la Licenciada en Psicología Tina Boucigues, no hay que esperar a que esta pandemia termine para empezar a hacer algo o retomar lo que estábamos haciendo. Si la vida tal como la conocíamos se detuvo, habrá que transformar el dolor que pudiera causarnos esa situación en conciencia de lo que realmente queremos ser. Pasar de la negación a la responsabilidad del cuidado de nuestra propia existencia. Y, en palabras de Sofía Di Scala, Doctora en Letras y Licenciada en Filosofía, aferrarse a la escritura como una forma de aferrarse también a la vida.
Invito a escuchar el encuentro, sembrarse de voces, cultivar los intercambios y practicar la escritura para consolidar la conciencia del presente. Como si escribiendo ilumináramos nuestro propio libro de horas, secular y pandémico. Una apuesta de trascendencia en la que rescatar del olvido y del descuido los salmos que atesoramos, como criaturas que hemos aprendido a contar las horas, sabiendo que cada minuto es un paso hacia el abismo.
El encuentro fue transmitido el miércoles 7 de julio por Radio Rosario Clásica y puede verse online en el Canal de Más Mujeres,https://www.youtube.com/watch?v=Ur2an4qLXYA.
Mirta Salafia querida Mirta,tu página es muy útil para quienes creen y creemos en la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar,a quienes tienen confianza en la creatividad,a quienes conocen el valor de libertad que puede tener la palabra.GRACIAS!! Tomo un lema muy democrático del genial Gianni Rodari:”El uso total de la palabra.No para que todos sean artistas,sino para que nadie sea esclavo”
Hola, muchas gracias Mirta Salafia por compartir la experiencia y el texto. Interesante la experiencia de juntarse a escribir. De juntarse un grupo de mujeres inquietas, reflexivas que se animan a la incomodidad de lo que pueda irrumpir en esos encuentros. La sorpresa de lo.inesperado de la irrupcion. De juntatse para dar lugar a la palabra, al intercambio de vivencias y sentimientos entre.mujeres en este “tiempo otro”.
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