Mi corazón cuenta tus blancos nudos
esta manía de vivir en la extrañeza
en la orilla canina de la calma
en este paisaje
a media hora del pedregal adulterado con vino
en la sinceridad de la cebolla
con este plato sin raíces
en la certeza de saberse más real entre carneros
entre la piel abusada de sí misma.
Mi corazón observa tus potros de pupila lenta
educar el sueño
tus brazos descreídos del defecto
la piedra en permanente fuga
de ciertas estatuas que atesoras
la forma en que engañas al insecto
tu mano de llevar flores
prensil y turbia
tu caparazón made in china
tu Babilonia más vasta
el perro descolorido que siempre te acompaña.
Si te llamas ángel
cuerpo o cuchillo
no lo recuerdo
pero sé que creces cada noche
que te aprietas contra mi ventana
nunca miro
no quiero que duela
hay una niña que espera
ver brotar corales de tu pelo.