Mi corazón cuenta tus blancos nudos esta manía de vivir en la extrañeza en la orilla canina de la calma en este paisaje a media hora del pedregal adulterado con vino en la sinceridad de la cebolla con este plato sin raíces en la certeza de saberse más real entre carneros entre la piel abusada de sí misma. Mi corazón observa tus potros de pupila lenta educar el sueño tus brazos descreídos del defecto la piedra en permanente fuga de ciertas estatuas que atesoras la forma en que engañas al insecto tu mano de llevar flores prensil y turbia tu caparazón made in china tu Babilonia más vasta el perro descolorido que siempre te acompaña. Si te llamas ángel cuerpo o cuchillo no lo recuerdo pero sé que creces cada noche que te aprietas contra mi ventana nunca miro no quiero que duela hay una niña que espera ver brotar corales de tu pelo.