Al ras de los metales fríos una sombra violeta baila en las llamas que despiertan duendes azules Surgieron desde los poros de cada molécula hirviendo y se deslizan por los centímetros que les queman los pies Arriba un centenar de bastones giran en cuadrados de nubes y les escupen una baba espesa que refresca sus cabellos bordó Rodeadas de un humo con olor a miel ruedan de euforia las Lunas gritando: Qué lindos Duendes! Despierten! Piérdanse Arrastren sus manos por los metales Despierten! Encuentren Los espacios entre las nubes que escupen Despierten! Suban sus cuerpos al pedestal dulce Despierten Huyan Despierten Trueno Des-pier-TEN! Las llamas se apagan por el viento de sus gritos.